Probablemente has escuchado sobre este concepto que ha ganado mucha relevancia en la última década. Una de las mejores definiciones que se han escuchado en el mundo corporativo la dio Jeff Bezos, fundador de Amazon, cuando dijo que la marca personal “es todo lo que dicen de ti cuando no estás presente”. Ese detalle de posicionarte en la mente de otros hace que el manejo de la marca sea una de las claves del éxito, especialmente cuando vivimos en un mundo digital.

Sin embargo, esto no se logra de la noche a la mañana; debes trabajar en construir una imagen y mantener una buena reputación. Hoy en día es más sencillo porque puedes hacerlo por medio de tus redes sociales y de forma más óptima a través de una página web propia que te permita mostrar tu identidad, cualidades, redes de trabajo construidas, experiencias, proyectos y pasiones.

En el estudio Tendencias de Trabajo de Adecco Italia, realizado en 2019, se reveló que la reputación digital de los candidatos es de vital importancia en los procesos laborales. El 72% de los reclutadores considera que los perfiles digitales hablan más sobre el aspirante que la misma hoja de vida. Es tan fuerte el tema que el 44% de entrevistadores admite que han rechazado prospectos después de haber revisado sus perfiles digitales, a pesar de que sus CV eran sólidos.

Para el éxito no hay excusas: Crea tu propia página web sin código

Ahora, para estructurar tu personalidad digital y construir una marca propia, debes estar preparado. Sí, estamos hablando sobre la autorreflexión, la capacidad de conocimiento interno que te permita identificar tanto tus puntos positivos como los que necesitas fortalecer. Estas son algunas preguntas con las que puedes empezar:

¿Qué te apasiona?

Al responder esta pregunta, la autenticidad es clave. ¿Qué cosas te importan? ¿Qué te emociona? ¿En qué blogs, libros o podcasts te pierdes por horas?

Empatizar con tus intereses, hábitos y pensamientos permitirá incursionar en tu interior y te abre a la posibilidad de conectar con otros que valoran las mismas cosas que tú. Las personas suelen relacionar sus pasiones con su “porqué”, un profundo entendimiento que explica el actuar y sus motivaciones.

¿Cómo te diferencias?

Identificar tus puntos fuertes y cómo destacas con ellos es tu propuesta de valor. Menciona tus características únicas. Piensa sobre esas cosas que logras fácilmente sin la necesidad de apoyarte en otras personas. ¿Para qué eres solicitado? ¿Qué problemas resuelves fácilmente?

Si se te dificulta responder esta pregunta, es el momento perfecto para preguntarle a tus colegas, amigos o familia.

¿Cómo impactas?

Cuando empiezas a pensar en esto ten dos cosas en mente: ¿por qué eres importante y cómo ayudas a tus clientes a ser importantes? Piensa en los grandes momentos del pasado, da detalles sobre tu proceso y cómo logras superarte. También añade cómo les das valor a otros; esto le enseña a las personas tus principios y el tipo de líder que eres.

Y hablando de conocernos a nosotros mismos: Las oportunidades están en los problemas

Cuando llegues al diseño de tu página web, hazlo personal. Añade tanto tus logros como los premios que has ganado. Algún reconocimiento especial que hayas recibido les demuestra a las personas tus motivaciones y propósitos.

No dejes que la próxima vez que un reclutador ponga en Google tu nombre salga cualquier contenido o la persona termine viendo tus fotos bailando en Instagram. Hazte más sólido con una plataforma y, ante todo, sé tú mismo; una página web personal debe dar una buena probada de tu esencia. Recuerda: si no es auténtica, va a fallar desde el principio.

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